José Antonio Felices (Antonio): el ser y el
hacer de un sacerdote amigo y acompañante. Un caminar juntos en la Pastoral obrera
y en la HOAC en Almería.
Antonio Felices falleció el pasado 24 de mayo en Almería
Conocí a Antonio a principios del año 1981.
Los asuncionistas abrimos
una comunidad en Almería en agosto de 1980 en la barriada de La Fuentecica, de
la capital, de acuerdo con el Sr. Obispo: D.Manuel Casares y del Vicario de Pastoral:
D. José García Sánchez.
Llegamos a la Fuentecica.
Nos hablaron de un matrimonio que vivía en la barriada, educadores que fueron
del movimiento Junior de acción católica especializada de niños y que vinieron
a vivir al barrio como opción. A través de ellos pudimos acomodarnos en un piso
del barrio.
Veníamos con un proyecto de
vida comunitaria y pastoral bien definido, pero la realidad nos lanzó a
responder de una manera inmediata a las necesidades urgentes que íbamos
percibiendo.
Vimos la gran necesidad de
trabajar el nivel humano y cultural de las personas. No era posible que la
gente viviera en cuevas y que su nivel de conciencia estuviese por los suelos.
De ahí que con el apoyo de
personas de la barriada, pudimos hacer un camino juntos para desembocar en la
creación de un colectivo cultural que nos implicáramos en despertar la
conciencia crítica de las personas. Eran los años de la pedagogía de adultos
del maestro Paulo Freire.
En setiembre de 1981 tuvimos
un encuentro con el Sr. Obispo, como estaba previsto al comenzar nuestro camino
en la diócesis. Nuestra sorpresa fue que nos destituyó de toda acción pastoral
directa. En ese año animábamos junto con la Hijas de la Caridad encuentros y
eucaristías dominicales en una capilla que dependía de la Parroquia que tenía
los franciscanos en el centro de la ciudad.
Nuestro P. General y el
asistente para España, de visita ese año a las comunidades asuncionistas de
España, vino a Almería. Después de hablar con el Obispo, nos dijo: Quedaos en Almería, seguid trabajando. No perdáis la
comunión con la diócesis, a pesar de la incomprensión de la curia diocesana.
Y aquí es cuando aparece el
joven Antonio Felices. Antonio y unos cuantos sacerdotes más formaron en ese
año un colectivo de curas llamados “ curas de la Nacional 340”, porque la mayoría
estaban en pueblos por donde pasaba la N-340. Antonio estaba en aquella época
en la “Puebla de Vicar”, como párroco.
Al darse cuenta de nuestra
situación, Antonio, a título personal, unas veces, y en nombre del grupo, otras
veces, nos visitaba para conocer más directamente nuestra situación. Recuerdo
que nos alentaba y nos animaba a abrir nuestras relaciones con los sacerdotes
diocesanos y que acudiésemos cuando nos pareciese bien a los encuentros de los
“curas de la N 340”.
A partir de aquí, la comunidad
asuncionista empezó a tener una relación estrecha con Antonio y gran parte de los “curas de la N
340”.
Al ser nombrado nuevo obispo
de Almería D. Rosendo Álvarez en el año
1989, La comunidad asuncionista se trasladó a la barriada del Puche. Antonio es también trasladado a una parroquia
cercana en el barrio de San Luis de Almería. Nuestras relaciones se fueron
intensificando.
Antonio es nombrado delegado de Pastoral
obrera de la diócesis cuando aparece el documento “La Pastoral Obrera de toda la
Iglesia” en el año 1994.
Me comenta que necesita un
equipo que lleve adelante la tarea de la Pastoral obrera. Acude a nuestra
comunidad porque sabe que desde hace
varios años estoy en el grupo de religiosos/as en el mundo
obrero a nivel nacional. Me pongo, pues,
a su disposición y empezamos a trabajar juntos en la diócesis.
Lo primero que vimos es
rehacer en la diócesis los movimientos especializados de acción católica en el
mundo obrero: La HOAC y La JOC. En aquella época existía algún militante de la HOAC de los
llamados históricos. La JOC estaba totalmente desaparecida. Solamente quedaba
algún residuo de la JOCE, después de la crisis de los 80.
De inmediato nos pusimos en contacto con la comisión de
la HOAC de Andalucía para poder iniciar en Almería. La comisión nos propone que
dos militantes de Motril sean los posibles iniciadores. Antonio y yo fuimos viendo personas que
pudiesen ser posibles iniciandos en la
HOAC. Nos juntamos unas 12 personas y empezamos la iniciación con los dos
militantes de Motril: Miguel y Gonzalo. Era de admirar el compromiso y la
implicación de Miguel y Gonzalo que llegaban a Almería hacia las 21h. y volvían
a Motril hacia la 1 de la mañana.
Es verdad que en el camino se descolgaron algunos, pero
la HOAC empezó a caminar en Almería.
La JOC no fraguó al final.
La actividad pastoral conjunta también la desarrollamos
en la Escuela diocesana de Agentes de pastoral animando los cursos de Doctrina
Social de la Iglesia.
Fueron unos años de intensa actividad, a la vez que se
iba intensificando la relación de Antonio con nosotros. Venía a menudo a comer
a nuestra casa.
Con su citroen íbamos a visitar a los sacerdotes de la
Diócesis donde había algún conflicto social: huelga de pescadores en Garrucha,
para ver cómo enfocar el problema desde la parroquia y ayudar a tomar una
postura. Y a los sindicatos agrarios (COAG) para analizar conjuntamente los
problemas que se planteaban en las zonas de los invernaderos
¿Qué decir de Antonio? Lo primero, que fue un gran amigo
y acompañante. Lo segundo, un gran animador y un hombre que daba mucho ánimo a
las personas. Yo trabajé muy a gusto con él en las tareas de la Pastoral obrera
y en los nuevos comienzos de la HOAC en Almería. Se hacía querer.
Sabía situarse en las problemáticas obreras. En los
conflictos laborales lo primero que proponía era visitar a las personas
afectadas, escuchar, analizar… antes de hacer algún comunicado o alguna acción.
Así que nos hicimos buenos kilómetros por la Provincia .Puede parecer “de
cajón”, pero si lo subrayo es porque en el fondo lo que se perseguía
también era que la parroquia y los
cristianos de la zona afectada tomasen postura. Por eso puedo decir de nuevo
que Antonio fue un gran acompañante y educador en ese sentido.
Aprendí mucho de él por su cercanía y acompañamiento.
Dedicaba mucho tiempo a estar con la gente en la Parroquia en cualquier
responsabilidad que asumía. Un gran pastor, diríamos hoy.
“Siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor” (Mt
25,23)
Angel
Macho, aa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario